PUBLICADO EN METROLOGÍA
Seguramente las palabras Precisión y Exactitud son de las más mencionadas en el mundo. Lo que es completamente seguro es que Independientemente del idioma, del país o de las circunstancias en las que se usan estos términos, son utilizados casi siempre en términos cualitativos. De hecho, son conceptos cualitativos según el VIM (Vocabulario Internacional de Metrología).
Cuando conceptos que van tan asociados a un número como efectivamente lo son la Precisión y la Exactitud son objeto de la interpretación de cada individuo (pues eso, cualitativo), nos encontramos con que, intencionadamente o no, son términos que se usan para finalmente asignar la propiedad de “bueno” o “malo” a un proceso de medición, a un instrumento de medida o al resultado de una medición. Solo un fundamento metrológico sólido permite entender cada concepto, ver sus diferencias y como se complementan.
Por este motivo, para desmontar el incorrecto uso de términos como “precisión maravillosa”, “precisión excelente” y especialmente todas las variantes del término Precisión utilizadas intencionadamente para confundir, la solución pasa, indudablemente, por acercarse a la Metrología para entender este tipo de conceptos correctamente.
Porque la Precisión sin fiabilidad no aporta valor y sí confusión.
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